Blogia
nadie barniza sino quiere ocultar algo

La fuerza del deseo: lo llamé al Ente

La fuerza del deseo: lo llamé al Ente El Gallego quedó en aparecer el viernes y me plantó, y yo aquí sin ganas de ponerme a sufrir. O si, pero por lo menos que sea en stereo. Así que lo llame al Ente.

¿Quién en el Ente? El Ente es un ente. Indefinible. Por eso una ex amiga le puso ese nombre, no recuerdo cual de ellas. Fue hace mucho tiempo cuando nos conocimos y comenzamos una relación de lo más extraña. Y de lo más pasional.

Para los que conocen Sex and the City, se lo resumiría fácilmente, una especie de Mister Big, con una gran diferencia, el mío viene sobreviviendo a todas las temporadas.

La escena donde Carrie se entera que se va a casar, cuando él se lo cuenta en un restaurante, pudo parecer exagerada. Pero mi versión de cabotaje fue tan dolorosa y por ahí un poco más patética.

Lo nuestro nunca fue un noviazgo formal. Ni fue noviazgo. No sé que lo que fue... Me llamaba todo el tiempo, me buscaba todo el tiempo, pero me decía algo espantoso “que nunca se iba a enamorar de mi”. Yo era chica y no entendía porque. Un día casi lo entiendo, cuando aparecieron esos libros de cómo conseguir marido o algo así, y leyendo el diario se hizo famoso aquello de la tercera cita. Y yo nunca tuve tanta paciencia..... Bueno igual no hubiera resultado porque el pibe decía que buscaba una Familia Ingalls y yo no. Y porque nuestra sexualidad no era la de ningún Ingalls. Pero como dice la Negra, a los hombres hay que escucharlos, porque una termina descubriendo que lo que te dijeron, al principio de la relación, era verdad.

Por ese tiempo tenia de psicóloga a la Gorda. Cuando yo le preguntaba por qué me llamaba todos los días, y por qué me buscaba tanto, si no quería algo más conmigo, la Gorda me decía “porque hay hombres que cuando se sienten muy atraídos sexualmente por alguien sienten temor a ser también dominados por esa mujer en otros aspectos de su vida, a no poder tener el control”... No sé si tenía razón, pero al menos me levantaba la autoestima.

Aunque es curioso, cuando volvimos a hablar del tema con él, y también me pasó con otro pibe, me dicen lo mismo, que sentían miedo, que yo era la que dominaba la situación ¿¿¿¿????? ..... ¿Qué dominaba qué?.... si siempre me sentí más a la deriva que una cáscara de nuez en el Océano Indico... Habrá que creer o reventar.

Como sea ahí anduvimos por años, yendo y viviendo. En mi caso tratando de olvidarlo sin éxito con otras relaciones.

Una vez, el pibe no llamó por tres semanas, me pareció raro. Más de dos sin llamarme era algo extraño. Así que hice lo que casi nunca hago: llamarlo (por insegura no por canchera, es el único tipo que me pone insegura, excepto cuando estamos desnudos, ahí es el que más seguridad me ofrece)

Lo llamo a su oficina, y su compañero me responde textual: el Ente hoy no viene se está casando.... Creo que no exagero si digo que llame veinte veces y pregunte lo mismo. No lo podía creer. Fue desgarrador. Desgarrador.

De esos días en los que uno entiende la vieja película “Verano del 42”, yo la había visto de chica, con gran entusiasmo por tratarse de ese clásico “solo para adultos”. Y no la había entendido. En mi romanticismo de los diez años, no podía entender como alguien que se acababa de enterar que había perdido al marido, decide dormir con otro.

Bueno, a mí me paso dos veces. No porque mis ex se hayan muerto. Por la forma en que me dejaron.

La primera vez en el aeropuerto de Río Gallegos, a los veinte, cuando entonces mi amante me dijo que me amaba pero que entre su familia o a mí, elegía a su familia. El que se iba desde ahí para Tucumán era él. A las cuatro de la tarde. Yo tuve que esperar mi vuelo a Buenos Aires hasta las dos de la mañana. Cuando volvía al hotel vi pasar al tren más austral del mundo. Pensé que era una puta ironía del destino. No pasaba nunca y justo me tocó a mí verlo pasar. Recorrí toda esa ciudad, tan ajena, la más fea del mundo. Que queda tan ahí donde uno tiene la sensación que en cualquier momento se cae del mapa buscando alguien que me abrace. Sin conseguirlo.

La segunda fue cuando me enteré que el Ente se estaba casando. Lloré dos días. Esa noche no pude dormir sola, por suerte pude llamar a un ex novio, quien si pedirme explicaciones me refugió en su cama, solo para dormir.

Al día siguiente, iba en mi convertible, por Buenos Aires, con el techo bajo. Protegiéndome en el calor del sol creo. Se acercó uno de esos vendedores que están en los semáforos.... No le contesté. Pero insistió. Solo levante y le mostré mi cara...No podía dejar de llorar... esa impotencia, el semáforo que no se ponía verde nunca.... Dios !!!!! ¿¿¿¿Cuánto duran los segundos????. Le quitó a otro vendedor un ramo de jazmines y me lo regaló. Me deseo suerte.

Yo pensaba que con el Ente, siempre íbamos a ser dos solteros eternos. Aunque tuviéramos otras historias. Pero aquel día creí que se había roto nuestro pacto. No. No sé que pacto. En la calentura, muchas veces uno se olvida de poner las reglas. Las relaciones sólo se parecen a los juegos. Tienen sus reglas, pero muchas veces las desconocemos, eso las hace peligrosas. Las relaciones son peligrosas. Los juegos no.

Anyway. Sentí un dolor muy agudo. Porque sentí que ya no lo volvería a ver más. Sentí que podía perder eso que solo lo pudo decir bien Federico Moura, es su canción "polvos de una relación"

Por suerte me equivoqué.

Luego o mañana seguiré contando que paso el viernes. Ahora me voy a escuchar el mensajito que me dejó el Ente en el contestador. Cien, quinientas veces.... ¿a quién le importa? Soy una mujer más.

6 comentarios

San -

Lola ¿entonces no está enamorado de la esposa? ¿sigue casado? ay que lío

Lola -

A Turista algo más:

Podés dudar de todo excepto de una cosa: Río Gallegos es la ciudad mas fea del mundo. Otro día contaré, mi aventura con un suizo, tratando de huir de allí. Además de fea es perversa.

La próxima salida es en ..... 10, 12 horas.... una película de terror.

Lola -

Turista: No, no, no, con esto hay que esuchar a Virus, para que puse la foto y el enlace !!!!!!

loco turista -

adelanto que no me creo nada de lo que cuentas... pero lo haces tan bien... (encima te estoy leyendo escuchando a calamaro!!!)
que suerte tienes, Lola.

"volveeer, con la frente marchita... sentir que es un soplo la vida... que veinte años no es nada... vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo..."

lola -

Nooo, no se pogan asi, a Cautiva tambien le repego, como decia Friedrich Nietzsche: todo lo que no me mata me hace mas fuerte.

Ademas hay que verle el lado positivo: se caso con otra, peor hubiera sido que se enamorara de otra

San -

Snif, que triste historia... mmmmh... me recordó a alguna mía... si, otra relación tormentosa... argh todas se parecen entre si... al rato comento algo