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nadie barniza sino quiere ocultar algo

Disculpen el desorden

Estaba hablando muy entusiasmada por teléfono mientras comía unos palmitos de la lata. Cuando iba por el último descubrí que tenía unos puntitos blancos. Así que le dije a mi interlocutor lo que ahora cuento aquí: si mañana no tienen noticias mías, no lo busquen al Gallego, ni al Español, ni al Cubano... La culpa fue de Botulismo. No pierdan el tiempo, que aún puedo estar con vida.

En ese caso, le piden la llave a mi hermana y abren la puerta. Dejé la lata en la cocina, debajo de un cartel que dice “La comida está en la heladera. Mamá”, porque el humor no hay que perderlo nunca, menos en situaciones límites.

Y además se me ocurrió que ya que Cautiva tiene su epitafio: “aquí yace una vida sin Kenzo”, creo que llego la hora de elegir el mío, que en estas condiciones de apuro y dada que la casa es un completo despelote, ya que la mucama recién viene mañana, será: “disculpen el desorden”. Porque la educación tampoco puede faltar.

2 comentarios

Lola -

No, no morí, gracias por preocupare. No como otr@s

San -

Sorry... llegué tarde

¿moriste?