Me preguntaba....

Hoy me quede pensando, en una amiga de Artista. Me confesó que no había llorado en sus 35 años de vida. Los de su vida. Pero ahora sí. No importa por qué. Es decir... en ultima instancia: porque no entiende lo que le pasó.

No había mucho que hablar con ella generalmente.

Eso de “no entiendo” me llevo a sentirla una autentica libriana. Yo por ejemplo necesité entender por qué Ricardo prefería a otra. Una vez que lo entendí, se me fue la ansiedad.

Así funciono. Si lo entendí, ya esta. Punto.

Pero hoy entré a un blog, al que ya no quería volver a entrar. Porque me siento libre, digo lo que siento, y no sé si eso no espanta a sus lectores, o le baja el precio a su blog. Esa cosa de querer “cuidarlo”... (no, siendo sincera, preferiría que no me odie de por vida)

Las boludeces, como los trapos sucios deberían quedar en casa. Pero hay algo que me lleva, mis extremos, mis tentaciones, mi boludez, mi cuerpo astral. O sea, yo.

Me encontré con alguien opinando de nombre con diminutivo. Hablando de diablitos, angelitos, y vocesitas.

Sentí una profunda ganas de preguntarle, si por casualidad, o curiosidad antropológica no eschababa: voCES, angeLES, diaBLOS.... a lo granDE

Espero quedarme con las ganas, (espero) tampoco es cosa de salir a cuestionar por ahí....

Tal vez solo sea envidia o celos, no escucho voces, no tengo angeles ni demonios, (ni grandilocuentes ni diminutos) carezco de fantasmas y el temor a la locura cada vez... está más amenazado y oscurecido por la simple boludez.

Y para la boludez, por cierto, no hay diminutivo... Se puede ser boluda, florrr de boluda, una regia bloluda, pero boludita, nunca escuché... por suerte